La psoriasis es una enfermedad de la piel que afecta al 4,6% de la población global y al 2,3% (1,1 millón de personas) en España. Alrededor del 70,5% de los casos son de psoriasis leve, mientras que el 19% es moderada y el 10% grave. Esta enfermedad NO es contagiosa pero puede ser dolorosa, desfigurante y discapacitante, por ello tiene un gran impacto tanto físico como psicológico y social para la persona que lo padece (1-3).
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de carácter inmunológica que afecta a la piel y en ocasiones a las articulaciones. Se caracteriza por la presencia de placas de escamas blancas o plateadas con bordes rojos delimitado. Otros síntomas comunes son: picor, eritema, inflamación, quemazón y sangrado. A veces se acompaña de síntomas de depresión y ansiedad debido al estigma social que acompaña a las lesiones dermatológicas, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo especialmente en cuero cabelludo, codos o rodillas. Se puede manifestar a cualquier edad, aunque es frecuente su aparición entre el final de la adolescencia y los 30, y, entre los 50-60 años (2-5).
Su origen se debe a una hiperactividad de las células T, que actúan como si estuvieran curando una herida o combatiendo una infección, y producen sustancias inflamatoria. A su vez, desencadenan una regeneración cutánea acelerada y la acumulación de estas células dan lugar a las placas. El motivo que desencadena esta hiperactividad inicial no se conoce aún, pero se relaciona con factores hereditarios y ambientales como: traumatismos, infecciones, medicamentos, estrés o factores metabólicos (2-5).
Existen diferentes tipos de psoriasis según la zona afectada, el tamaño, y la morfología. Se incluyen: psoriasis en placa o vulgar, en cuero cabelludo (la más frecuente), en gota o guttata (posterior a infección estreptocócica), pustulosa (puede ser generalizada o localizada), invertida o de los pliegues, ungueal (de la uña), eritrodérmica (muy rara, afecta a prácticamente todo el cuerpo) o la artritis psoriática (afecta entre el 5-25% de los pacientes y puede darse con o sin alteración en la piel) (2-5).
Existen abundantes plantas medicinales usadas en medicina tradicional para la mejoría de problemas cutáneos. A continuación mencionaremos algunas destacadas y cuyos estudios recientes las hacen de prometedoras para el alivio de la psoriasis en casos leves o moderados.
La manzanilla dulce es una planta ampliamente conocida tradicionalmente por sus múltiples beneficios, entre los que se encuentra su capacidad de mejorar afecciones cutáneas administrada externamente. El interés de esta planta para la psoriasis radica en su contenido en camazuleno, formado a partir de la matricina, que tiene propiedades antiinflamatorias. El camazuleno es capaz de inhibir la lipooxigenasa y en consecuencia la formación de leucotrienos B4, que se encuentran aumentados en las placas (1,6,7).
Sin embargo, no es este su único componente de interés en psoriasis. La manzanilla dulce también posee flavonoides como la apigenina, que tiene acción antioxidante y antiinflamatoria, o la quercetina, que también inhibe la lipooxigenasa y en menor medida la ciclooxigenasa, además de disminuir los niveles de histamina e IgE. La quercetina también es interesante para su administración tópica por su poder de penetración epidérmica (1,6,7).
A nivel oral, las propiedades relajantes de la manzanilla dulce contribuyen a la reducción del estrés, lo que puede ayudar a prevenir los síntomas.
El hipérico, también conocido como hierba de San Juan, es otra planta muy usada en medicina tradicional. Actualmente su principal indicación es el alivio de la depresión leve y moderada, pero tradicionalmente se ha usado de forma tópica por sus propiedades cicatrizantes, antiinflamatorias, antifúngica, antiviral y antibacterianas para curar heridas menores e inflamaciones cutáneas leves (8,9).
La hiperforina es el compuesto responsable de esta acción antiinflamatoria y tiene interés en la psoriasis porque, según estudios recientes, estimula la entrada de calcio a los queratinocitos psoriáticos, reduce la proliferación celular y promueve la diferenciación celular, mejorando el eritema, la extensión y el grosos de las placas (8,9).
Por último, la administración oral de la tisana formada por: melisa, rosa e hinojo, ha demostrado ser de utilidad para el alivio de los síntomas leves y moderados de la psoriasis en placa. Según el estudio aquí indicado la combinación de estas tres plantas presenta actividad antiinflamatoria, antioxidante e inmunomoduladora gracias a su contenido en flavonoides, cumarinas, taninos, ácido rosmarínico y ácido cafeico (10).
La decocción de melisa demostró su uso tradicional para la psoriasis por su acción antioxidante, cicatrizante y reparador de la barrera cutánea en animales, además de mejorar los síntomas mediante el efecto sinérgico del ácido rosmarínico y el cafeico. Su uso combinado con la rosa, que tiene acción antiinflamatoria, y el hinojo, con actividad antiinflamatoria y antiséptica, ha demostrado efectos significativos. Además, el hinojo por su contenido en fitoestrógenos es capaz de promover el contenido de colágeno y contribuir a la protección de la piel del estrés oxidativo (10).
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Referencias:
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